Emociones positivas

¿Para que sirven las emociones positivas?



Uno de los principales efectos derivados de experienciar afectos positivos, quizás el más importante, es la utilidad vital a corto y a largo plazo de las emociones positivas, basándonos en el concepto de Barbara Fredrickson (Fredrickson, 2005). Es decir: vivir emociones positivas y, sobre todo, ser capaz de crear uno mismo actividades y formas de ver el mundo que nos lleven a vivir emociones positivas, supone una serie enorme de beneficios para nosotros. Nos beneficia en lo intelectual, en lo atencional, en lo físico: incluso, vivir emociones positivas está relacionado con vivir más años.


Pero, primero: ¿Qué son las emociones positivas?




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¿Vivir con regularidad emociones positivas está relacionado con vivir más años?

Así es. Veamos qué efectos (algunos de ellos, hay muchos más) tiene vivir emociones positivas en nuestra salud:







Otro beneficio: las emociones positivas amplían nuestros recursos.


Las emociones positivas tienen la gran utilidad de ampliar nuestras colecciones de pensamientos y conductas.

Es decir, añaden nuevos aprendizajes y nuevos recursos en nosotros, de modo que para el futuro tengamos más opciones para solucionar problemas, por un lado, y más modos de disfrutar con nuestras actividades placenteras y positivas.


Por otro lado, vivir emociones positivas también nos hace construir un almacen de recursos, disponibles para ser usados cuando los necesitemos (como momentos de un trance difícil o problemas interpersonales, por ejemplo). En otras palabras: las emociones positivas posibilitan ampliar nuestro contexto cognitivo: el conjunto de pensamientos y acciones que poseemos, y al que podemos acudir en diferentes situaciones, como por ejemplo, poseer mayor creatividad a la hora de elaborar planes de acción en nuestras vidas.

Existe evidencia científica de que la vivencia de emociones positivas flexibiliza los patrones y esquemas de pensamiento, haciéndolos más creativos y sujetos a feedback externo (Isen, 1987), y formando, por tanto, depósitos o reservas psicológicas que permiten la posibilidad de desarrollo y crecimiento personal (Fredrickson, 2001).

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Las emociones negativas, como miedoiradisgusto, conducen a un estrechamiento de la atención y de la percepción que se manifiesta en una conducta rígida: o se huye de la situación o se confronta. Las emociones positivas, en cambio, conducen a una mayor flexibilidad cognitiva y amplían el rango de comportamientos posibles. Ya que en muchas personas que acuden a un tratamiento psicológico se se observa una ocasional rigidez cognitiva y de comportamiento, y una presencia situacional de volatilidad emocional, es totalmente recomendable trabajar terapeúticamente en el concepto de que las emociones son por naturaleza fenómenos temporales restringidos, vienen y van, pero que las conductas y las formas de pensar que se siguen de experienciar emociones positivas son recursos de comportamiento estables y duraderos en el tiempo; recursos, habilidades personales expandidas, que almacenamos durante mucho tiempo.




Otros beneficios resumidos:



















Y, quizás, el beneficio más importante que tienen las emociones positivas en nosotros:


















Cita bibliográfica para curiosear: 
Fredrickson, B. L. (in press). Positive emotions broaden and build. In E. Ashby Plant & P.G. Devine (Eds.), Advances on Experimental Social Psychology, Volume 47.



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